Introducción
El contrato de arrendamiento de vivienda es el documento que regula la cesión de uso de una vivienda a cambio de una renta. Su formalización por escrito protege a arrendador y arrendatario evitando malentendidos y permite hacer valer sus derechos.
A continuación resumimos las principales cláusulas que debe contener cualquier contrato de alquiler de vivienda conforme a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y a las recomendaciones del Ministerio de Vivienda.
Cláusulas esenciales
Identificación de las partes
El contrato debe detallar quién es el propietario (arrendador) y quién el inquilino (arrendatario). Conviene recoger nombre completo, documento de identidad y domicilio de todos los titulares, así como identificar a las personas que convivirán en la vivienda.
Objeto y descripción de la vivienda
La vivienda ha de describirse de forma clara: dirección, superficie, planta, anejos (garaje, trastero) y, en su caso, inventario de mobiliario. También es recomendable incluir la referencia catastral y adjuntar el certificado de eficiencia energética.
Duración y prórroga
Las partes pueden acordar cualquier duración. Si el plazo es inferior a cinco años (o siete si el arrendador es persona jurídica), la LAU prevé que el contrato se prorrogue automáticamente por anualidades hasta alcanzar esos plazos. El inquilino podrá evitar la prórroga si lo comunica con un mínimo de 30 días de antelación.
Renta y gastos
La renta se fija libremente y debe constar la cuantía, el método de pago y la fecha de abono. Es aconsejable señalar si en ese importe se incluyen gastos de comunidad, tributos o suministros, así como el índice o criterio de actualización anual.
Fianza y garantías
La fianza obligatoria equivale a una mensualidad de renta y se paga al firmar el contrato. No se actualiza durante los cinco primeros años (siete si el arrendador es empresa) y debe depositarse en el registro autonómico competente. Las garantías adicionales no pueden superar dos mensualidades.
Derechos y obligaciones
El arrendador puede recuperar la vivienda para sí o sus familiares directos si lo pacta y avisa con la antelación legal. El inquilino puede desistir del contrato tras seis meses de vigencia comunicándolo con 30 días y, en su caso, indemnizando una parte proporcional. El contrato también debe regular el uso responsable, las obras consentidas, la conservación y las causas de resolución, como el impago o el subarriendo no consentido.
Consejos para un alquiler seguro
- Redacta siempre el contrato por escrito y utiliza un modelo actualizado.
- Realiza un inventario del mobiliario y del estado de la vivienda.
- Deposita la fianza en el organismo autonómico y guarda el resguardo.
- Comprueba la vigencia del certificado de eficiencia energética.
- Verifica si tu municipio está en zona de mercado tensionado para conocer las limitaciones de renta.
Puedes agilizar la redacción del contrato utilizando nuestro generador de contrato, que te guía paso a paso y genera un PDF listo para firmar.
